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8 Pautas para enseñar a los niños/as a llevar a cabo sus decisiones



Decidir es difícil, el proceso de toma de decisiones es complicado. Pero ¿qué ocurre cuando sabemos lo que queremos y no ejecutamos la decisión? Es muy importante enseñar a los niños/as a decidir y a conocer que es lo que nos frena en nuestras decisiones para liberarnos de los frenos y ser libres para llevar a cabo la elección

Emoción y Decisión

La toma de decisiones es uno de los procesos más complicados a los que se enfrentan las personas. Recientes investigaciones demuestran que en el proceso de toma de decisiones, están implicadas las emociones. Tomamos la decisión de forma inconsciente antes de que llegue a nuestro consciente, esto es efectivo cuando necesitamos una rápida elección. Pero las emociones tienen un papel decisivo en la toma de decisiones y van a guiar nuestra elección final.

A veces sabemos lo que queremos, nuestra mente lo tiene claro, pero retardamos el momento de decidir, paralizados por nuestras emociones. La incertidumbre sobre el resultado de la decisión, nos provoca sensaciones de miedo, angustia, frustración, etc. Y estas emociones son las que nos crean la duda y nos paralizan, permaneciendo en un estado de malestar, sin tomar ninguna decisión.

Tomar una decisión

En la vida son múltiples las opciones y las decisiones a las que tenemos que enfrentarnos diariamente. Algunas de estas elecciones serán triviales, y otras serán importantes. La dificultad en la toma de decisiones es que no sabemos con seguridad lo que va a ocurrir. Tomar una mala decisión sin sopesar las consecuencias o no llegar a decantarse por ninguna elección puede acarrear malestar emocional y llevarnos a situaciones indeseadas. Es por ello fundamental enseñar a los pequeños a tomar decisiones, a elegir libremente. Ser los responsables de su propia vida y los protagonistas de la misma.

Educar en la toma de decisiones debería ser un elemento clave en la crianza de los niños y niñas. De este modo serán adultos felices y capaces de tomar las riendas de su vida, sin miedos.

Ideas que paralizan la toma de decisiones.

Las emociones vienen determinadas por lo que pensamos. Hay determinados pensamientos o ideas que nos crean emociones como el miedo o la frustración, que nos paralizan, conocer ese tipo de pensamientos es importante para cambiarlo por otros.


  • Y si me equivoco. Es mejor equivocarse y aprender que no hacer nada, o mantenernos en una situación que nos genera malestar. 
  • No sé cuál es la decisión correcta o no sé qué es lo que quiero. Ninguna decisión es correcta o incorrecta, son diferentes alternativas. La única elección acertada es aquella que aunque nos cueste nos hace sentir bien y nos lleva al bienestar. La única decisión correcta es la que nos lleva al bienestar y se basa en la sinceridad con uno mismo, apoyándose en un equilibrio entre pensamiento, emoción y las alternativas.
  • Los demás desaprobarán mi decisión. El único dueño de su vida es uno mismo, no debemos elegir por lo que vayan a pensar u opinar los demás.


8 Pautas para educar a los niños y niñas para que lleven a cabo sus decisiones


  • Haz que el niño/a interprete las elecciones con ideas realistas que le permitan no experimentar emociones negativas.


  • Libérale de las emociones que le paralizan, como el miedo. De este modo le proporcionaras la libertad para decidir.


  • Trata de no influenciar en sus decisiones. Es mejor que decidan por sí mismos, aunque se equivoquen, y pierdan el miedo a errar.


  • Enséñale a realizar un análisis interno de búsqueda: lo que creo que quiero, que alternativas tengo, que pienso acerca de las alternativas y los medios para lograrlo, que emoción me provocan estos pensamientos y QUÉ ES LO QUE REALMENTE QUIERO. Lo que siento, y lo que pienso es la base que determina lo que quiero. 


  • Ayudarle a imaginar lo que ocurrirá en un futuro cuando haya seleccionado alguna opción, le ayudara a perder el miedo a las consecuencias. 


  • Crea situaciones cotidianas en las que tenga que decidir sobre cosas sin importancia. De esta forma le entrenamos en el hábito, es bueno que las dos alternativas sean buenas (por ejemplo: “que quieres de postre helado o natillas”, “tienes que hacer los deberes hoy ¿Cuándo quieres hacerlos ahora o más tarde?” 


  • Enséñale también algún proceso de toma de decisiones, en el que se haga un análisis de las diferentes alternativas y ayúdale a que cumpla con la decisión tomada.


  • Edúcales para ser sinceros consigo mismos. Enséñales que solo ellos son los que pueden saber qué es lo que quieren.


 
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