Desde los tres años de edad, los niños tienen una percepción negativa de la obesidad y esta opinión se mantiene a lo largo de la infancia
Los problemas de exceso de peso entre los niños aumentan de forma considerable en los últimos años. Según un estudio reciente, llevado a cabo por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), un 45,2% de los niños españoles tiene exceso de peso. El sobrepeso afecta a un 26% de los menores, mientras que un 19% son obesos. Pero un dato novedoso es el que relaciona el exceso de peso con el acoso escolar. Según una investigación de Universidad de Bristol, los niños con sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de sufrir acoso escolar que quienes tienen un peso adecuado.
Consecuencias del exceso de peso
La mayor preocupación del sobrepeso y obesidad reside en sus múltiples consecuencias sobre la salud a corto y largo plazo: diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial, niveles elevados de colesterol perjudicial, enfermedades cardiovasculares, enfermedades metabólicas, trastornos musculoesqueléticos o riesgo de muerte prematura. Todo este escenario hace mella en el organismo en desarrollo de los más pequeños, que pueden alcanzar la etapa adulta con patologías graves, como apoplejías o cardiopatías. Los menores con sobrepeso u obesos tienen más probabilidades de sufrir estos dos problemas en la vida adulta. Según un estudio realizado entre 8.668 niños irlandeses de 9 años y presentado por la Universidad de Bristol (Reino Unido) el pasado mes de julio, las niñas con sobrepeso u obesidad tienen un índice significativamente mayor de enfermedades crónicas.
Sobrepeso y acoso escolar
Los datos estiman que en España uno de cada cuatro niños sufre acoso escolar en distintos grados Aunque el dato más novedoso de este estudio es el que relaciona el peso con acoso escolar o "bullying". Los niños con problemas de exceso de peso tienen más probabilidades de sufrir acoso escolar. Este tipo de asedio afecta a niños o adolescentes en su contexto escolar y se define como una serie de actos intimidatorios y agresivos o de manipulación por parte de un alumno o varios contra una o varias víctimas durante un periodo de tiempo más o menos prolongado. En general, ocurre en los pasillos del centro escolar, los patios y a la salida de clase. Los datos estiman que, en España, uno de cada cuatro niños sufre acoso escolar en distintos grados. Un trabajo del Instituto de la Juventud (INJUVE) afirma que el 16% de los niños y jóvenes encuestados reconoce que ha participado en exclusiones de compañeros o en agresiones psicológicas. De la misma manera, los niños son más proclives a realizar agresiones físicas, mientras que las niñas optan más por ataques psicológicos. Por otro lado, numerosos estudios han señalado que desde los tres años de edad los niños muestran una percepción negativa con respecto a la obesidad y que esta opinión se mantiene a lo largo de la infancia. Los niños que sufren "bullying" tienen alguna característica, sea física o psicológica, que los convierte en víctimas fáciles: defectos físicos, debilidad física, tartamudez o, como señala el estudio británico, exceso de peso.
Consecuencias del acoso escolar
Las consecuencias de este tipo de acoso pueden ser muy graves. El niño o el adolescente está en proceso de maduración, tanto en su vertiente física como psicológica, y las heridas que pueden dejar las continuas humillaciones, patadas, exclusiones o burlas pueden marcarle de por vida. Algunas de las consecuencias más habituales del acoso escolar son: una autoestima cada vez más baja, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, ansiedad, depresión o ideación suicida... Problemas psicológicos que se sumarían al hecho de que causa el exceso de peso en el organismo.
Por tanto, los especialistas recomiendan que los menores obesos o con sobrepeso sigan una dieta sana y practiquen un estilo de vida saludable, en el que cobra especial importancia la práctica deportiva. De este modo, se evitan las temibles consecuencias del exceso de peso y se reduce la probabilidad de sufrir acoso escolar.
TRAS LA PISTA DEL BULLYING
A pesar de que los especialistas insisten en que el mejor consejo es tener una buena comunicación entre progenitores e hijos, hay algunos comportamientos que pueden poner tras la pista de que sucede algo:
• Muchos afectados no quieren confesar que sufren acoso escolar porque sienten vergüenza o se sienten culpables. Por tanto, no es aconsejable interrogarles de forma directa sobre este problema.
• Hay que estar atentos y comprobar si el niño tiene frecuentes heridas o lesiones.
• Algunos cambios bruscos en la personalidad del menor pueden dar pistas: miedo, problemas para dormir, tristeza, se despierta temprano, cambios de humor o problemas en su rendimiento académico, entre otros.
• Temor a ir al colegio.
Fuente: EroskiConsumer