Una utilización efectiva de esta herramienta ayuda al alumno a gestionar su tiempo y planificar las actividades diarias
Saber organizarse y planificar el trabajo son dos competencias fundamentales que deben adquirir los alumnos durante la etapa educativa. La agenda escolar es la herramienta más adecuada para conseguirlo. Este instrumento de trabajo, además de servir de ayuda a los estudiantes para gestionar sus tareas diarias, es un medio idóneo para agilizar la comunicación entre familias y profesores y facilitar el seguimiento del progreso escolar del alumno. Para sacar el mayor provecho, es necesario que todas las partes implicadas aprendan a usarla con eficacia.
La agenda escolar es una herramienta de planificación y comunicación académica implementada en la mayoría de los centros educativos de nuestro país, en general, a partir de los ocho años. A esa edad, el alumno ya está capacitado para hacer un uso efectivo de ella. Sus principales objetivos son: ayudar al estudiante en la planificación y organización de las tareas y actividades escolares diarias y servir de instrumento de comunicación entre docentes y familias.
Herramienta de gestión
Un 98% de los alumnos de educación primaria y un 93% de los estudiantes de secundaria dedican algún tiempo diario a la realización de tareas escolares en casa, según los indicadores estatales de la educación (2009) del Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE). Esta actividad académica fuera del entorno escolar está destinada a afianzar y reforzar los contenidos aprendidos en clase y su correcta ejecución depende, en gran medida, de la capacidad de organización y planificación del alumno al realizarlas.
Para ello, cuenta con un instrumento esencial: la agenda escolar. Esta herramienta sirve para que el alumno anote cada día las tareas asignadas por el profesor y otros datos relevantes como las fechas de entrega de trabajos o las de los exámenes previstos. Su uso periódico ayuda al estudiante a adquirir hábitos de organización y a planificar su trabajo diario.
Pautas para el alumno
Para que la agenda escolar cumpla esta función de modo eficaz, es necesario que el estudiante aplique pautas específicas en su uso. Esta herramienta debe contener información específica y concreta. No basta con apuntar cada día pequeñas pistas ("ejercicio de mates", "estudiar lengua") que ayuden a recordar la tarea. La memoria no es infalible, por lo que es necesario que el estudiante anote con precisión toda la información importante:
• Cuando mandan ejercicios, hay que anotar la página, número y tema al que corresponde.
• Si hay que realizar un trabajo se debe matizar la fecha de entrega, la temática y los referentes que haya especificado el profesor.
• En el caso de que la tarea consista en estudiar, se requiere que se puntualice si es "aprender de memoria" o trabajar sobre el tema con esquemas, resúmenes y otras técnicas de estudio.
Planificar el tiempo
La agenda tiene una utilidad mayor que recoger las tareas asignadas. Debe utilizarse como una herramienta de gestión y planificación del tiempo. Una vez que el alumno ha anotado toda la información, es aconsejable que organice su trabajo diario en torno a ésta con el referente del calendario semanal de asignaturas.
• El alumno puede priorizar las tareas y determinar cuáles debe realizar antes. Para gestionarlas, le ayudaría marcar las finalizadas a medida que se completan.
• Es fundamental que determine el tiempo que necesita para realizar cada una de las tareas. Ante la entrega de un trabajo, puede reservar tiempo de los días anteriores para su preparación.
• Cuando tiene que preparar un examen, puede incluso matizar cada paso que cumple durante su preparación (esquemas, repaso, etc.).
• También es preciso atender a las actividades extraescolares que forman parte de la agenda del estudiante. Es conveniente especificar cada día las actividades de este tipo y estructurar el tiempo de estudio en función de éstas.
La utilidad para familias y docentes
La agenda escolar no debe considerarse una herramienta exclusiva del estudiante. Una de sus finalidades principales es actuar de nexo de unión entre los tres protagonistas del proceso educativo: alumnos, familias y docentes.
Por una parte, la agenda es un instrumento para que los padres estén al día de la evolución académica de sus hijos y puedan ejercer el control necesario para que cumplan con sus tareas diarias de un modo eficaz. Las familias deben prestarle la importancia que requiere. Es preciso que no se limiten a firmarla cada día -una petición de algunos docentes-, sino que la revisen y ayuden a sus hijos a gestionarla del modo más adecuado.
La agenda debe servir también como herramienta de comunicación entre las familias y los docentes. Los padres pueden utilizarla para solicitar tutorías, enviar justificantes o avisos de falta de asistencia o para anotar problemas o cuestiones relevantes durante el proceso académico de sus hijos.
En sentido inverso, los profesores pueden hacer uso de ella para comunicar a las familias incidencias ocurridas en el aula y que tomen las medidas adecuadas, o aspectos positivos para motivar y estimular al estudiante.
Fuente: EroskiConsumer