Hoy me he puesto a meditar seriamente sobre los proyectos en los que estamos inmersos muchos de los centros de enseñanza.
Pensando y pensando, me preguntaba a mi misma: ¿Realmente, podemos enseñar y trasmitir algo de lo cual nosotros carecemos siendo candidatos nº 1 para tal terapia?
En nuestra profesión eso de “consejos vendo, que para mi no tengo” está a la orden del día.
Pasaré a explicarme con ejemplos.
Dice un párrafo de uno de los proyectos, el de convivencia precisamente:
EQUIDAD : JUSTICIA
JUSTICIA no es igualdad, no se puede tratar a todos por igual porque somos diferentes. Es dar a cada uno de acuerdo a sus necesidades.
La paz no es un momento, es un proceso.
“La paz es un proceso de realización de la justicia, haciendo aflorar conflictos, enfrentarlos y tratar de conseguir resolver el conflicto de forma no violenta para conseguir una armonía del ser humano consigo mismo y su entorno”.
Y sigue diciendo,
EL CONFLICTO NACE DE LA DISCREPANCIA DE INTERESES Y NECESIDADES.
EL CONFICTO ES:
- UNA PALANCA DE TRASFORMACIÓN SOCIAL.
- ES UNA POSIBILIDAD DE CAMBIO Y APRENDIZAJE.
SEUDOCONFLICTO: Tono de disputa, hay una apariencia de disputa.
CONFLICTO LATENTE: No se aborda, no hay tono de disputa pero existe antagonismo de intereses.
CRISIS: Cuando ese conflicto latente explota.
Siempre hay un opresor esperando ocupar el sitio del opresor expulsado y también hay una víctima propiciatoria detrás de la que se fue después de ser acosada.
Yo lo leo y estoy totalmente de acuerdo, pero los adultos, que duda cabe, tendremos que hacer examen de conciencia y desde luego, poco podremos enseñar si nosotros somos los primeros que no resolvemos los conflictos que directamente nos atañen, todo lo contrario, lo intentamos arreglar echando más leña al fuego.