Hay fechas determinadas del año en las que los niños se convierten en consumidores obligados. La más destacable es la Navidad, en las que cualquier cosa que pidan es concedida.
Los juguetes deben responder a cada edad y a sus necesidades de crecimiento. No deben ser ni demasiado complicados ni demasiado simples. El hecho de que no estén adaptados a la edad puede ser una de la causas de que se arrinconen o también puede contener piezas peligrosas por su tamaño. Observando el juego de los niños, y jugando con ellos, será fácil darse cuenta de que tipo de juegos van necesitando a medida que se hacen mayores. Aquí, la edad que recomienda el fabricante puede orientar a los padres.
Por otro lado es importante comprobar que el juguete elegido lleva la marca CE ya que es obligatoria y es la que nos avisa la legalidad de ese juguete.
Por lo tanto, es importante que el niño vea el juguete y lo palpe. De hecho, cada vez con mayor frecuencia en las tiendas especializadas y en las grandes superficies hay zonas en las que los niños pueden tocar y jugar con ellos y, de esa manera, percibir la realidad del juguete.
Pero hoy día la mayoría de nuestros niños a muy temprana edad piden su videojuego.
Se ha demostrado que los niños de entre cinco y doce años pasan más tiempo a la semana con los videojuegos que con los juguetes tradicionales.
Bueno o malo:
Nada es malo usado con medida.
Los expertos advierten que muchas veces los juegos violentos pueden llegar a ser peligrosos para los niños.
Al no realizar suficiente actividad física pueden contribuir a incrementar el sobrepeso en los niños.
Consejos para padres
- Comprar con inteligencia
- Limitar el tiempo de juego
- Supervisar los juegos
- Permitir sólo el uso de juegos apropiados para la edad
- Restringir los juegos violentos