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REFLEXIONES

   
Cuando me amé de verdad


Comprendí que en cualquier circunstancia yo estaba en el lugar correcto... En la hora correcta... En el momento exacto... Entonces, me relajé...

Hoy se que eso tiene nombre: Autoestima



Cuando me amé de verdad


Me di cuenta que mi angustia y sufrimientos emocionales no pasan de ser una señal de que voy en contra de mis verdades.

Hoy se que eso es: Autenticidad


Cuando me amé de verdad


Deje de desear que mi vida fuese distinta y comencé a ver que todo lo que sucede contribuye a mi crecimiento.

Hoy a eso le llamo: Madurez


Cuando me amé de verdad


Comencé a entender cómo es ofensivo forzar alguna situación o a alguien sólo para realizar mis deseos aún sabiendo que no es el momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy se que el nombre a esto es: Respeto



Cuando me amé de verdad


Comencé a despojarme de todo lo que no fuera saludable. Personas, tareas, todo, y cualquier cosa que me desanimara. En principio, mi razón me llamó la atención acerca de esa actitud de egoísmo.

Hoy se que se llama: Amor Propio


Cuando me amé de verdad


Dejé de temerle a mi tiempo libre y de hacer grandes Planes. Abandoné proyectos a muy largo plazo. Hoy hago lo que considero correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a mi propio ritmo.

Hoy se que eso es: Simplicidad


Cuando me amé de verdad

Desistí de querer tener siempre la razón y con eso cometí menos errores.

Hoy descubrí la: Humildad


Cuando me amé de verdad


Dejé de revivir el pasado y de preocuparme por el futuro. Ahora,
me mantengo en el presente, que es donde la vida realmente ocurre. Hoy vivo, un día a la vez...

Eso es: Plenitud


Cuando me amé de verdad


Entendí que mi mente puede perturbarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio del corazón, se torna una enorme y valiosa aliada.

Todo eso es: ¡Saber vivir!
Kim E Alison Mcmillen

 
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