"¡No es justo!"
"’¡Hiciste trampa!"
"¡No fue culpa mía que perdiéramos!"
¿Alguna vez has jugado en un equipo con alguien que odiara perder? o quizás a ti también te cuesta trabajo perder en cualquier situación. A algunos niños(as) les cuesta mucho trabajo perder, pero todas las personas necesitan aprender cómo hacerlo. Aprender a perder sin perder la calma es una habilidad, algo parecido a aprender a montar bicicleta. Puede que no seas capaz de hacerlo al principio, pero con el tiempo será más fácil. Y cuando sepas cómo perder con gracia, las personas te considerarán un buen jugador.
¿Por qué es bueno saber perder?
Todas las personas quieren ganar. Pero cada vez que dos equipos o que hay dos niños(as) enfrentándose mutuamente en un juego o un concurso, alguien tiene que perder (salvo que haya un empate). Los niños(as) pierden en pequeños asuntos, como por ejemplo, en un juego de ajedrez, pero puede que también pierdan en situaciones más relevantes, como por ejemplo cuando su equipo pierde un juego de campeonato.
Perder puede desanimar, por ello no es sorprendente que a los niños(as) no les guste perder. A los adultos tampoco, pero todas las personas pueden aprender a controlar cómo reaccionan cuando pierden. En otras palabras, ¿Qué debes hacer cuando pierdes?
La parte más complicada es que algunas veces puede que reacciones antes de que te des cuenta de ello. Por ejemplo, es la última salida de tu juego de pequeña liga y de repente te das cuenta de que el equipo contrario ganó. Los ves a todos celebrando en el centro del campo y tu comienzas a llorar. Lo más probable es que no quieras llorar en ese momento aunque es normal que te sientas triste.
Lo importante es saber qué es lo que debes hacer después de ese momento. ¿Debes correr al encuentro del otro equipo y acusarlos de que han hecho trampa? ¡No! Lo mejor que puedes hacer es actuar de forma calmada y reunirte con los jugadores de tu equipo para ir a felicitar al otro equipo. Puede que hayas visto a jugadores de la pequeña liga comportarse de este modo. Cada equipo se pone en fila, caminando muy cerca los unos de los otros, felicitándose dándose palmadas con las manos en alto y diciendo "buen partido”.
Puede que el equipo perdedor no sienta que fue un buen juego en realidad, pero esta tradición es una forma de enseñar a todas las personas como ser un buen jugador. Si tienes ganas de llorar después o si quieres quejarte del juego, puedes hacerlo- pero lo mejor es hacerlo fuera del campo de juego, cuando hayas tenido tiempo para calmarte. Después de que haya pasado algún tiempo, puede que no te sientas tan enfadado como en el momento en el que el juego terminó.
Perdiendo a solas
Algunas veces los niños(as) pierden cuando juegan solos, como cuando juegan baloncesto en el vecindario. Estas situaciones pueden ser muy difíciles si no hay adultos alrededor que puedan actuar como árbitros. Luego es cuestión de que los niños(as) decidan entre ellos si una jugada contó como una cesta o una falta. Está bien que los niños(as) aprendan a jugar sin adultos para que puedan tomar decisiones pero también puede dar origen a discusiones. Cada niño(a) quiere que su equipo gane y puede reaccionar intensamente si sus planes no salen como lo esperaba.
¿Cómo resolver estos desacuerdos? Lo mejor es cuando todos tratan de ser justos. Algunos niños(as) todavía hacen trampa o sobrepasan las reglas, pero tú puedes poner de tu parte para ser justo. Eso puede que signifique dar al equipo contrario el beneficio de la duda. Puede que piensen que una cesta no debía contar y el otro equipo decide lo contrario. Positivamente, podemos esperar que el otro equipo sea bueno a la hora de saber perder, cuando no sabemos el comportamiento que tú tomarás en este sentido. Incluso si el otro equipo no es un buen perdedor, tú no podrás ser acusado de haber hecho trampa o haber jugado injustamente. Tú has hecho de tu parte para traer buena actitud y camaradería al juego.
Los niños(as) que son buenos jugadores – y que no se alteran cuando pierden un juego – serán niños(as) con quienes dará gusto jugar. Los niños(as) puede que no estén dispuestos a jugar con una persona que esté enfadada todo el tiempo y que no dé un respiro al niño o niña con quien esté peleando.
10 formas de ser un buen jugador
1. Compórtate de forma educada con los miembros del equipo contrario. No hables de forma irrespetuosa gritando en el medio del juego de forma que pueda molestar.
2. No hagas esfuerzos para lucirte. Simplemente juega de la mejor manera posible. Si eres bueno(a), la gente se dará cuenta.
3. Dile a los jugadores del equipo contrario "¡buen juego!" independientemente de que hayas ganado o perdido.
4. Aprende las reglas del juego. Llega a los juegos y a las prácticas a tiempo – incluso si no eres la estrella del equipo.
5. Escucha a tus entrenadores y sigue sus consejos sobre cómo jugar.
6. No discutas con los árbitros si no estás de acuerdo con una llamada determinada. Si no entiendes una de las llamadas del juego, espera hasta el final del juego para pedirle a tu entrenador o al árbitro que te lo explique.
7. No inventes excusas o culpes a un compañero(a) sobre tu pérdida. Intenta aprender de lo ocurrido.
8. Prepárate a sentarte en el resguardo para que otros jugadores puedan participar – incluso si piensas que eres un buen jugador.
9. Juega con justicia y no hagas trampa.
10. Motiva a tus compañeros(as), ¡incluso si la puntuación es 20-1! ¡Puede resultar un final triunfal!
Fuente: http://kidshealth.org/