5

¿ Qué es el sexting ?


Podríamos decir que sexting es el envío de imágenes (fotografías o vídeos) con contenido sexual por medio del móvil.

Así visto, es un concepto sencillo, pero conviene ver qué matices existirían en tan amplio espectro:

El origen de la imagen: puede ser producida por el propio protagonista, por otras personas de forma consciente y consentida por aquel o, en último caso, robadas. Una cuestión paralela a considerar es si las imágenes eran preexistentes y entraron en el circuito del sexting provenientes de otras fuentes de acceso público, como Internet, o privado, como dispositivos de almacenamiento digital de información (pendrive, teléfono móvil, PDA...)

El contenido de la imagen: en ocasiones no es fácil definir la carga sexual de una imagen y calificarla de inocente, atrevida, erótica o pornográfica.

La identificabilidad: si la imagen permite o no identificar de forma inequívoca a la persona que en ella figura.

La edad de quien protagoniza la imagen: en caso de anonimato, hay ocasiones en que no resulta fácil definir la minoría o mayoría de edad de quien aparece.

La edad y circunstancias del resto de intervinientes: receptores, emisores y redistribuidores de la imagen.

Todos estos factores pueden influir tanto en el daño potencial que sufra la persona protagonista de la imagen como en las responsabilidades de quienes, de una u otra manera, participan en el proceso.

Hay que matizar que no todas las prácticas de sexting acaban generando consecuencias negativas. Una imagen tomada consentidamente y distribuida de forma controlada no tiene por qué causar problemas si hablamos de personas adultas. Eso sí, cuando intervienen menores de edad en algún punto de la cadena, el asunto se complica. Veamos un par de ejemplos:

Si entre menores y de forma consentida intercambian sus fotografías explícitas, podía hablarse de ilícitos como creación, posesión y distribución de pornografía infantil.

Si un adulto envía a un menor una imagen propia, habría que referirse a términos como corrupción de menores.

Como puede verse, son muchas las posibles combinaciones y no es tema menor la importancia de cada uno de los parámetros que intervienen.

Consejos para jóvenes (y adultos)
  • Piénsalo antes de enviar. Lo que publicas online o sale de tu propio móvil se convierte en irrecuperable, escapa para siempre de tu control y puede llegar a cualquiera en cualquier momento. Lo que ahora quieres mostrar de ti, mañana puede que no te guste. A quien se lo envías hoy, quizás mañana no sea tu amigo. Además cada vez hay más webs que se dedican a recopilar y difundir estas imágenes: tu desnudo podría acabar en uno de ellos.
  • Desnudez y minoría de edad, delito de pornografía infantil. La pornografía infantil es un delito cuando se crea, se posee o se distribuye. Se considera pornografía infantil la protagonizada por quien no ha cumplido los 18 años. Si te llegan este tipo de imágenes, bórralas de inmediato. Si crees que su difusión está dañando a alguien, ponlo antes en conocimiento de una persona adulta.
  • La imagen es un dato personal cuyo uso está protegido por la Ley. La imagen de alguien no se puede utilizar sin el consentimiento de la persona implicada. En ciertos casos hace falta incluso otro tipo de autorizaciones. No lo olvides. Si hay problemas, esto puede ponerse sobre la mesa y comprometerte.
  • Recibir o tomar una imagen de una persona no te da derecho a distribuirla. El hecho de contar con una imagen (fotografía o vídeo) en tu teléfono móvil no significa que tengas derecho a hacer con ella lo que quieras. Son cosas diferentes. Incluso si te dieron permiso para tomar la imagen, no significa que la puedas enviar a terceros.
  • La Ley actúa siempre, también para los menores, con Internet y los móviles. Que todo el mundo lo haga, que consideres que no van a poder identificarte, o que seas menor de edad no te libra del peso de la justicia. Las leyes están para protegerte y por eso actúan en todos los ámbitos. También protegen a los demás, y te pedirán cuentas si no respetas las reglas.
  • No participes con tu acción, tu risa o tu omisión. Cuando el sexting deriva en humillación y acoso colectivo, la víctima sufre un daño enorme, un sufrimiento extremo. Si lo promueves y lo jaleas, eres responsable. Si te callas, tu silencio ayuda a quien acosa y hiere a la víctima.

Consejos para padres
  • No niegues el problema y toma medidas. A tus hijos también les afecta. Reconoce que la combinación de la tecnología con las hormonas adolescentes puede resultar explosiva. Si tus hijos salen (o quieren salir con alguien) reconoce que podrá haber sexo de una u otra manera en esa relación y que tener una cámara en el móvil es muy tentador en ese contexto. Es tu deber como madre o padre informarte sobre las implicaciones de esto y actuar para proteger a tus hijos, de lo que les puedan hacer los demás pero también de lo que puedan hacer ellos mismos en su inconsciencia.
  • Habla con tus hijos. Edúcales también sobre el sexting. Tienes que hablar con ellos acerca de su actividad en Internet y con sus móviles del mismo modo que necesitas hablar con ellos sobre el sexo en general y sobre sus relaciones. Hazles comprender que las fotos y mensajes que envían por medio de sus móviles no son en realidad anónimos ni privados. Y que entiendan que otros pueden reenviarlo sin su consentimiento. Menciónales el daño que les puede hacer a largo plazo que determinadas personas encuentren esas fotos en la Red (profesores, empresas, novios... y por supuesto también pederastas). 
  • Edúcales sobre los peligros que ocasionan ciertas prácticas, cuéntales ejemplos reales e insísteles periódicamente porque a los adolescentes les suele costar comprender el verdadero alcance de las cosas que hacen. Mantén siempre abierto un diálogo sobre el tema y comenta nuevos casos que lleguen a tus oídos, e intenta que ellos también te cuenten los que se comenten entre sus amigos y en el colegio.
  • Entérate de con quién se comunican. ¿Con quién hablan en el ciberespacio? ¿A quién envían y de quién reciben mensajes y llamadas en sus móviles? ¿Quiénes son sus amigos en las redes sociales online? Supervisar su cibercomunicación no convierte a una madre o un padre en cotillas: es parte de nuestra responsabilidad para con ellos.
  • Revisa su presencia en la Red. Pon alarmas en los buscadores con su nombre y su nick, vigila sus perfiles en las redes sociales online (Tuenti, Facebook, Myspace, YouTube, Twitter, Habbo, Hi5, Bebo, Orkut, Flickr, Sonico, Canal Latino, Fotolog... pero también otras habitualmente más provocativas como Metroflog, Sexyono, Votamicuerpo, Sexyflog, MissCara, etc.). Si están a la vista de todo el mundo ¿por qué no deberías verlos tú también, que además eres su padre/madre? Habla con ellos sobre lo que ponen como público y lo que mantienen como privado y mantente/mantenlos informados sobre los problemas de seguridad que surgen en este tipo de comunidades virtuales.
  • ¿Realmente les hace bien el móvil? ¿Realmente lo necesitan? Ponles un límite de uso. Un informe científico independiente encargado por el gobierno británico advirtió de que las consecuencias de las ondas producidas por los teléfonos móviles afectan especialmente a los cerebros aún en desarrollo de los niños y adolescentes y que las consecuencias a largo plazo podrían ser graves. Por precaución aconsejan que los menores sólo usen los móviles para situaciones de emergencia. El móvil no es un juguete: es un potente generador de microondas que nuestros hijos utilizan durante horas a muy pocos milímetros de su cerebro y cuyos efectos a largo plazo sobre su salud aún no son conocidos, aunque un nuevo estudio internacional parece confirmar la relación con el cáncer.
  • ¿Realmente necesitan mandar mensajes multimedia? Y ¿sólo de texto? ¿Necesitan cámara en su móvil? Por lo general contar con la capacidad de mandar SMSs (y especialmente MMSs) en su móvil no es necesaria para un/a niño/a, aunque hay que tener en cuenta que cuando entran en la adolescencia puede formar parte de su manera de relacionarse con su grupo de amigos y por tanto hay que sopesar los pros y contras de que usen SMS, MMS o ambos sistemas, así como qué alternativas de comunicación pueden tener disponibles que sean más seguras. Considera la posibilidad, en función de su edad, de bloquearles la función de envío de los SMSs, de los MMSs u, opcionalmente, de no dejarles tener un móvil que las incluya. Y si les permites enviar ese tipo de mensaes, deberías poder revisárselos en cualquier momento (debes conocer el PIN de sus teléfonos)... aunque ten en cuenta que los pueden borrar muy fácilmente o pasarlos al ordenador.
  • Tú pones las normas: también online. Del mismo modo que les pones hora para llegar a casa o sobre otros aspectos, también debes dejarles claro qué es lo que admites que hagan en la Red y con sus móviles. Y recuérdaselo de vez en cuando.
  • Que cuenten contigo. ...Y si algo falla o alguien los molesta o su información acaba donde no debe, que sepan que estarás ahí para ayudarles, y que no teman contarte cualquier problema online o con sus móviles. Ten cuidado de que no se sientan avergonzados por ti ni humillados.
     
  • Infórmate sobre riesgos asociados. El ciberacoso, el ciberbullying y el grooming son problemas en ocasiones asociados o derivados del sexting.Infórmate también sobre ellos. Y aconseja a tus hijos que estén al tanto sobre las repercusiones legales de sus actos, p.ej. mediante nuestra guía e-Legales.




Para saber más sobre el sexting

Guía adolescentes y sexting: qué es y cómo prevenirlo.

Sextorsión, prácticas arriesgadas y fallos de seguridad al servicio del delito

Sexting: Lo que padres y adolescentes deben saber

Los riesgos del flirteo 2.0


VÍDEOS INTERESANTES

 
Ir arriba