Creo que estaremos de acuerdo, que una de las cosas que más nos desespera de nosotros mismos, es que parecemos no tener fuerza de voluntad para cambiar nuestra forma de ser. Reconocemos que estamos mal en diversos aspectos, pero pasa un año y otro, y otro más, y seguimos siendo los mismos de siempre, en cuanto a defectos.
Un hábito es algo que no sabemos hacer, pero que, a base de repetición, aprendemos. Los hábitos siempre tienen connotaciones culturales; por ejemplo, un hábito es lavarse los dientes con un cepillo, comer la sopa con la cuchara o aprender a manejar una bicicleta o a deslizarse con esquís…
Durante el primer año de vida, los niños aprenden básicamente dos hábitos: comer y dormir.
Para poder conseguir las metas que deseamos en la vida, debemos de dotarnos de un bagaje de conocimientos, que día a día nos acerque a la consecución de nuestra meta.
Si nos levantamos apagados y de mar humor, debemos de coger el habito de alegrarnos, cada uno que piense en lo que desee, pero no hay que salir de casa sin una sonrisa en los labios. Tenemos que hacer de esto un hábito: sonreír a la vida para que la vida nos sonría.
El hábito de estudio es sin duda muy difícil de fomentar en nuestros hijos, sobre todo cuando interfiere a la hora de su programa favorito o desea salir a jugar con sus amigos o simplemente cuando no hay el menos interés en continuar estudiando, lo que para ellos es, esa tediosa materia.
La hora de hacer la tarea es un problema muy común en la mayoría de los hogares y no solo para los pequeños sino también para los hijos más grandes.
Es muy importante estudiar un rato después de la escuela, porque trae como beneficios:
- Se aprenden mucho mejor las lecciones vistas en la escuela, ese día.
- Si quedó alguna duda sobre el tema visto, se puede preguntar al día siguiente y así tener un mejor aprendizaje.
- Es muy útil para la preparación de los exámenes, ya que no es lo mismo estudiar todo el material un día antes de la prueba, que solamente darle ya una repasada para asegurarse de que se sabe lo que se va a preguntar.
- Si se dedica un poco de tiempo a las labores escolares, no solo le va a ayudar al estudiante a tener una mejor preparación si no que además todo ello se reflejará en sus buenas calificaciones.
Sin embargo, el tratar de fomentar ese hábito en los niños puede resultar muy difícil, porque primero el padre o la madre tienen que tener la disposición y el tiempo para fomentar ese hábito y luego porque el tratar de convencer al niño o adolescente puede llevar bastante tiempo, sobretodo cuando se da cuenta de que si con un mínimo esfuerzo puede obtener lo que el considera "buenas calificaciones".
Por lo tanto una alternativa que pueden tener los padres es utilizar la autoridad sin propasarse, se deben establecer reglas y límites en el hogar para que la convivencia familiar mejore y entre esas reglas debe estar el hacer la tarea de manera ordenada.
Las siguientes sugerencias, le podrán ayudar para establecer mejor, la rutina de hacer la tarea
Es ideal tener un horario para hacer la tarea: Este se puede establecer con los hijos, de común acuerdo, para que luego no haya pretextos de que tienen que ver determinado programa de televisión, o que tengan que salir con los amigos o a algún otro "impedimento".
Se debe tener un lugar adecuado para hacer la tarea: debe ser un lugar donde el niño pueda sentarse no acostarse cómodamente, con luz apropiada, no frente a la televisión o en algún lugar donde se distraiga fácilmente.
Los padres deben interesarse por la tarea diaria de sus hijos: Para que estos buenos hábitos se den, es muy importante que los padres les pregunten todos los días sobre la tarea que les dejaron; si no hubo ese día, pueden leer algún libro o revista que sea interesante para ellos, resolver problemas o adelantar algunos trabajos de tal forma que no se muevan los horarios de trabajo en la casa.
Hay que ayudar a resolver las dudas que el niño tenga: Puede pasar que el niño o adolescente no pudo hacer la tarea porque no entendió las explicaciones o tiene algunas dudas…
Hay que poner fecha a los trabajos especiales: Cuando un niño tiene que hacer un trabajo para entregar en una fecha concreta hay que enseñarle a organizarse y a programar el tiempo, así se le dedicará el tiempo necesario para realizarlo y le quedarán bien hechos.
Nunca es tarde para comenzar y si en nuestra casa aún no se han fomentado buenos hábitos escolares, estamos a tiempo de hacerlo, sobre todo cuando los hijos aún son pequeños; definitivamente al principio costará un poco de trabajo a todos, por lo que es esencial ser flexible, el horario para hacer la tarea, puede de vez en cuando modificarse por celebraciones especiales o inclusive por causas de otros deberes escolares.