Esperamos que nuestros hijos nos traten con el respeto debido y que sepan respetar a los demás.
Pero... ¿respetamos nosotros a nuestros hijos en la misma medida?
Aunque son pequeños y de corta edad, se sienten despreciados cuando les hablamos con altivez, humillados cuando les avergonzamos (a veces en público), y atropellados cuando les damos órdenes incomprensibles a sus ojos. Actuar así es la mejor manera de empezar a levantar barreras que dificultarán nuestro entendimiento con ellos. En cambio, si les tratamos con el mismo respeto que a cualquier persona, les ayudamos a sentirse tan importantes como los adultos, dignos de la misma consideración y favorecemos una comunicación fluida entre nosotros y ellos.
Respetar es tratar a alguien con la debida consideración.
El respeto que les tenemos a los hijos se manifiesta en la calidad del trato que les otorgamos y en la atención que ponemos en tratar de no invadir sin permiso sus espacios de autonomía
Las ventajas educativas de tratar a los hijos con el debido respeto son decisivas. Si nuestra relación con ellos no se basa en la consideración, se vuelve imposible llevar a cabo una acción educativa eficaz y la convivencia, a medida que se van haciendo mayores, resultará dificultosa.
Dos grandes razones justifican la necesidad de otorgar a los hijos un trato basado en el respeto:
• Los niños tienen sentimientos igual o más intensos que nosotros. A menudo nos olvidamos de ello y pensamos que no tener ni el poder ni la madurez de la edad adulta es sinónimo de no acusar lo que pasa alrededor de uno.
Cuando a un niño, en plena fiesta de cumpleaños de un amigo, su madre empezó a limpiarle los pantalones sacudiéndole con fuerza e increpándole furiosa: "¡Qué cochino eres! !Mira como te has puesto! ¡Siempre has de ser el más desastrado!" le estaba poniendo en evidencia delante de todos y los sentimientos de este niño serán de vergüenza y de odio hacia su madre.
- Cuando reciben un trato considerado, reaccionan con actitudes de colaboración. Pronunciar una frase amable para pedirles alguna cosa en vez de una orden autoritaria y cargada de reproches genera en ellos sentimientos de agradecimiento que les animan a identificarse y colaborar con la persona que no manda, sino que pide, recuerda, sugiere. No es magia: al igual que los adultos, los niños responden según los estímulos que reciben, se adaptan al trato recibido.
- Cuando reciben un trato desconsiderado o irrespetuoso, acaban por asumir conductas irrespetuosas, negativas e incluso agresivas. Al sentirse maltratado, el niño no puede por menos que sentir aversión hacia aquellos que le tratan mal, que no tienen en cuenta su dignidad. Y con esos sentimientos como cojín de su voluntad, es difícil que tenga ganas de seguir las indicaciones que ha recibido. Al contrario, es probable que por despecho, tenga ganas de desobedecer.
• Los niños aprenden a relacionarse y a comportarse por imitación y por contagio. Cuando son pequeños aprenden a hablar en el idioma que hablan los padres y, sólo mediante enseñanzas sistemáticas insistentes, consiguen aprender otros idiomas. Aprenden imitando las palabras que oyen. Pero al aprender a hablar no sólo adquieren esta habilidad, sino que adquieren con las palabras unos contenidos, unas actitudes, unas maneras de comunicarse.
Tan importante como las habilidades que adquieren son las ideas, actitudes y sentimientos que les rodea y que también aprenderán por imitación y por contagio. Pensemos por un momento en lo que aprenderá un niño cuando reciba de sus padres un trato más delicado, respetuoso y considerado, cuando haya podido imitar a sus padres en su consideración, delicadeza y respeto, y cuando, las palabras que haya escuchado desde pequeño expresen ideas valiosas y sentimientos positivos...
Por el contrario, ¿qué forma de relacionarse y que valores tendrá un niño cuyos padres crearon en su casa un ambiente de falta de respeto, de autoritarismo, de desconsideración...
LECTURA INTERESANTE:
Ser padres con sensatez
Autor: Katharine C. Kersey
Editorial: Plaza & Janes Editores
Reseña:
La doctora Kersey -una respetada especialista en educación de la primera infancia y madre de familia- decidió volcar toda su experiencia en este libro, un manual práctico y ameno, fruto de la experiencia de toda una vida. El programa que plantea consta de 10 etapas ampliamente explicadas y ejemplificadas. "Ser padres con sensatez" es una completa guía para conseguir una relación amorosa y de respeto mutuo entre padres e hijos.
Nº páginas: 256
Colección: Divulgación
Tamaño: 22 x 15
Encuadernación: Rústica-tapa blanda
Idioma: Castellano
Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen
Autor: A. Faber y E. Mazlish
Editorial: Ediciones Medici
Reseña:
Es un libro que está teniendo amplia difusión por el interés de las temáticas tratadas. Escrito como un manual, ofrece constantemente ejemplos en positivo y en negativo de un mismo hecho. Su lectura es amena y ofrece ayuda real a los padres que necesiten cambiar, modificar o revisar hábitos de comportamiento con sus hijos.
Nº páginas: 242
Colección: Educación
Tamaño: 210 x 140
Encuadernación: Rústica-tapa blanda
Ilustrador: Kimberly Ann
Idioma: Castellano
Un adolescente en casa
Subtítulo: Consejos para disfrutar con la adolescencia de sus hijos
Autor: Joan Carles Suris
Editorial: DeBolsillo
Reseña:
¿Cuantas veces hemos oído hablar mal de los adolescentes? ¿Por qué siempre se tacha de conflictivos a los adolescentes? La adolescencia no es una enfermedad, sino una etapa de la vida en la que los niños dejan de ser niños, pero aún no son adultos. En algunos casos pueden existir problemas, pero no siempre. Este libro quiere, ante todo, transmitir esta idea.¿Cuantas veces hemos oído hablar mal de los adolescentes? ¿Por qué siempre se tacha de conflictivos a los adolescentes? La adolescencia no es una enfermedad, sino una etapa de la vida en la que los niños dejan de ser niños, pero aún no son adultos. En algunos casos pueden existir problemas, pero no siempre. Este libro quiere, ante todo, transmitir esta idea.¿Cuantas veces hemos oído hablar mal de los adolescentes? ¿Por qué siempre se tacha de conflictivos a los adolescentes La adolescencia no es una enfermedad ni un castigo para los padres, sino una etapa de la vida en que los niños dejar de ser tales sin llegar a ser adultos. Este libro ofrece los mejores consejos, métodos y sugerencias para llevarse lo mejor posible con los adolescentes..
Nº páginas: 192
Colección: Dinámica Psicología
Tamaño: 20 x 13
Encuadernación: Rústica-tapa blanda
Idioma: Castellano