No puedo por menos de contar lo que esta mañana nos ha pasado a mi hija y a mí...
Nos hemos acercado a la oficina de la Hacienda Foral de Bizkaia en Barakaldo con la sana intención de arreglar unos trámites.
Llegas y como en el mejor supermercado, coges tu número. Esperas pacientemente a que llegue tu turno, viendo entre tanto un montón de puestos de atención al público vacíos, te puede suponer sin ningún exceso de media hora hacia arriba…
Llegó el número y que mala suerte, nos ha tocado el funcionario más arrogante, más chulo y más irrespetuoso de la oficina.
Explico los hechos:
Nos acercamos a la mesa correspondiente y el señor se está desperezando sin ningún pudor, con una mirada desafiante que debiera de cuidar.
De paso comenta con el funcionario de al lado si había oído al pobre señor mayor que antes que nosotras había osado hacerle preguntas… no se de que, pero me da igual. Para mí es una tremenda falta de respeto hacia una persona, que aunque sea pesada, está obligado a tratarla con el respeto que merece, el mismo que el con “gran chulería” exige.
Le comentamos nuestro tema y nos dice, tienen que traer:
- Fotocopia del DNI
- Fotocopia de la Cartilla de ahorro
- Rellenar este impreso…
Plegar velas y nada, a la fotocopistería como buenas cristianas y vuelta a empezar…
Coge número
Espera alrededor de media hora…
Y ahora nos toca la chica amable, educada y eficiente… Nos tramita todo y hete aquí que no se necesitaba ni fotocopia del DNI, ni el impreso que hemos rellenado, ni ninguna otra fotocopia…
Indignante ¿no?,
Mi hija no me ha dejado acercarme donde el citado funcionario, pero desde luego, mi nota de indignación la enviaré donde crea conveniente.
Quede claro que este caso no generaliza el comportamiento de todos los funcionarios. La experiencia me dice que hay mucho de leyenda sobre lo que de los Funcionarios se dice, pero de vez en cuando das con individuos de este calibre, que sin duda, existen en todas las profesiones los cuales, entre todos, deberíamos mandar al sitio que les corresponda…