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MEDIDAS BÁSICAS PARA FOMENTAR LA RESPONSABILIDAD


Se trata de una serie de medidas básicas, que son previas y necesarias para poder adoptar otras estrategias más concretas y que se deban mantener a largo plazo.


1.- Asumir nuestra responsabilidad como padres.
Primer y más importante paso.
Otras personas pueden ayudar, pero la responsabilidad de ser padres no la pueden asumir otros.
Exige dedicar el tiempo necesario, que es lo contrario de dedicar el tempo que nos sobra.
No perder de vista que la relación padres-hijo es asimétrica: lo que los hijos necesitan no es un amigo, sino un papá y una mamá.
Implica que la relación es afectiva, teñida siempre se amor y cariño.
Conlleva exigir al niño, marcar unos límites que a veces lleva a decirles NO.


2.- Cambiar ideas.
La primera medida, sin la cual es imposible hacer a los hijos responsables es tomar la decisión de hacer a los hijos responsables.

Eso implica cambiar algunas ideas preconcebidas como las siguientes:
  • Yo lo hago más rápido y mejor.
  • Ya aprenderá cuando sea mayor.

  • Ya tendrá tiempo de esforzarse.

  • Todo lo que yo pueda evitarle ahora que es pequeño.

  • Él ahora lo que tiene que hacer es jugar y disfrutar.

  • Mi hijo no va a ser capaz.

  • Como no se lo haga yo, no lo hace.


Estas frases deberían sustituirse por estas:

  • Hacerlo responsable es lo mejor que podemos enseñarle.

  • Tiene que ir aprendiendo sus propias cosas.

  • Podemos enseñarle a hacer loas cosas y él es capaz de aprenderlo.

  • Lo mejor para el niño es que todo lo que pueda hacer por sí mismo lo haga.

  • Hacerlo responsable es prepararlo para la vida.


3.- Acuerdo entre la pareja.
La decisión de hacer al niño responsable y autónomo debe adoptarse conjuntamente e ir a una.

Este es uno de los aspectos de la educación de los niños en el que la falta de acuerdo y criterio puede resultar desastroso.


4.- Practicar siempre con el ejemplo.
Los padres son modelos para los hijos en todo, sea adecuado o no. Los niños aprenden más por observación y por imitación que por buenas palabras. Tenemos que reconsiderar el ejemplo de responsabilidad que damos a nuestros hijos.


5.- Ponerlo en práctica.
Como mejor se aprende la responsabilidad es poniéndola en práctica, por tanto, hay que poner al niño en situaciones en las que tenga que practicar la responsabilidad, la autonomía personal, la solución de problemas…


6.- Hay que dejarle sufrir las consecuencias.
Debemos dejar que los niños sufran las consecuencias de sus actos, según su edad y responsabilidad, tanto si son positivos como si no lo son. Sufrir de alguna manera las consecuencias negativas de ciertas conductas, es la mejor manera de aprender para la próxima vez.

7.- Exigirle … con cariño.
Debemos exigirle, con cariño, las responsabilidades que corresponden y proponer alguna nueva. La exigencia sin el cariño de padres se hace implacable, pero el cariño sin exigencia se convierte en ñoñería.


8.- Elogiemos sus logros.
El elogio y las muestras de satisfacción por parte de los padres serán el mejor premio para el niño. Hay que evitar recriminar al niño cuando está aprendiendo o simplemente poniendo en práctica lo que se le ha enseñado o exigido. Al principio hay que elogiarlo y reforzarle sus logros.


9.- Disponer de normas y límites.
Como ya hemos dicho, la educación excesivamente permisiva no favorece la responsabilidad. El niño debe de disponer de una serie de normas básicas y límites que debe respetar. Es una primera experiencia de responsabilidad. Y debe aprender que cuando esas normas se incumplen o los límites se sobrepasan se sufren unas consecuencias.

10.- Mejorar el ambiente familiar.
En un buen ambiente familiar el niño:
Dispone de una rutina diaria sin muchos cambios, teniendo horarios regulares de comida, sueño y ocio.
Hay una buena comunicación.
Existe un ambiente de cooperación, frente a un ambiente competitivo y egoísta. Se comparte, se colabora y se hace familia. Es decir, se mejora la convivencia.

Cómo fomentar la responsabilidad: Jesús Jarque García

 
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