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COMPETENCIA GESTIÓN DEL TIEMPO


Actualmente, en lo que solemos llamar mundo occidental, cada vez más personas, el recurso más escaso no es el dinero como plantea el análisis económico tradicional sino el tiempo. Entre las enfermedades típicas del mundo desarrollado figuran en lugar destacado las relacionadas con el estrés. Las consecuencias emocionales, afectivas, sociales, etc. De la falta de tiempo para atender a todas las áreas de interés: familia, trabajo, amistades, uno mismo… aparecen constantemente en los medios de comunicación. La persona es requerida para realizar más y más actividades y es casi inevitable que, al no poder llevarlas todas a cabo, se agobie, viva en un estado de tensión constante y enferme.

Ser capaz de organizar y distribuir correctamente el tiempo del que disponemos se ha convertido en una exigencia no sólo para la eficacia sino, y es mucho más importante, para la salud física y mental.

Gestionar el tiempo implica distribuirlo en función de las prioridades. Es inevitable que, si no nos implicamos personalmente en la organización de nuestro tiempo, sean los demás y las circunstancias externas en general quienes, aumentando las demandas, acaben condicionando qué hacemos y cuándo lo hacemos con el conocido resultado que “lo urgente acabe dominando sobre lo importante”.

Se trata de ser capaz de establecer prioridades claras tanto en el corto como en el medio y largo plazos, tanto para las actividades profesionales como para las personales y sociales; decidir qué vamos a hacer y qué no vamos a hacer, planificar cuanto tiempo vamos a dedicar a cada actividad y esforzarnos para cumplir lo planificado.

Es indudable que no somos totalmente libres para decidir a qué dedicamos nuestro tiempo. Existen condicionantes externos muy poderosos que limitan nuestras posibilidades de decisión. Pero también es cierto que, si nos detenemos a analizar a qué dedicamos el tiempo disponible, nos encontramos con que “perdemos mucho tiempo”. Despilfarramos parte de nuestro recurso más escaso por falta de organización y de disciplina dedicando más tiempo del necesario a algunas áreas en detrimento de otras y, lo que es peor, influimos negativamente en la distribución del tiempo de los demás.

IMPLICACIONES CON OTRAS COMPETENCIAS

Gestionar el tiempo exige la capacidad de analizar y de planificar, por lo que un cierto dominio de las competencias de pensamiento analítico, pensamiento práctico y planificación es necesario como requisito previo.

En tanto en cuanto se trata de gestionar no solo el tiempo personal privado sino, sobre todo, el tiempo que dedicamos al trabajo y a la interacción con otras personas, esta competencia está relacionada con la adaptación al entorno, con el trabajo en equipo y con la negociación.

Una mala gestión del tiempo, por sus consecuencias negativas, afecta a la imagen que tenemos de nosotros mismos, dándonos la sensación de que el entorno nos domina y condiciona totalmente. Podemos sentirnos incapaces de controlar nuestra propia vida. A medida que aprendemos a gestionar el tiempo, estas sensaciones negativas van despareciendo; dedicamos más tiempo y esfuerzo a lo que consideramos importante gracias a lo cual nos sentimos mejor con nosotros mismos; descubrimos que somos más eficaces, que podemos abordar más tareas en áreas que nos interesan pero que teníamos abandonadas (la salud, las relaciones sociales, etc.) todo lo cual relaciona la gestión del tiempo con la automotivación y la autoestima.

INCORPORACIÓN DE ESTA COMPETENCIA EN EL CURRÍCULUM

Es importante que el estudiante sea consciente de la importancia de gestionar su tiempo y debería facilitársele el aprendizaje de técnicas para analizar el uso del tiempo, para identificar los ladrones del tiempo que le afectan y para planificar el uso del tiempo a corto, medio y largo plazos. Esa planificación debiera ser revisada por profesores o padres.
Los profesores en su planificación de actividades académicas han de asegurarse que el total de actividades programadas no superen el número de horas que han de emplear los alumnos en su ejecución, tanto a corto, medio y largo plazo.

CONCLUSIÓN DE LA COMPETENCIA DE GESTIÓN DEL TIEMPO

Definición: Distribuir el tiempo de manera ponderada en función de las prioridades, teniendo en cuenta los objetivos personales a corto, medio y largo plazo y las áreas personales y profesionales que interesa desarrollar.

El dominio de esta competencia está estrechamente relacionada con:
Autoestima, Autocontrol, Control, Disciplina, Respeto de los Derechos, Racionalidad, Adaptabilidad, Eficacia en la Planificación, Toma de decisiones, Iniciativa, etc.

 
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