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LOS PROBLEMAS MATEMÁTICOS. (2ª parte)


Alguien que sabe resolver problemas es quien cuestiona, encuentra, investiga y explora soluciones a los problemas; quien demuestra la capacidad para persistir en busca de una solución; quien comprende que puede haber varias maneras de encontrar una respuesta; y quien aplica las matemáticas con éxito a las situaciones de la vida cotidiana. Podemos ayudar a un niño a desarrollar la capacidad para resolver problemas al incluirlo en las actividades rutinarias que requieren el uso de las matemáticas—por ejemplo, medir, pesar, estimar costos y comparar precios de las cosas que quiere comprar.

Saber comunicarse matemáticamente significa utilizar el lenguaje matemático, los números, las tablas o símbolos para explicar cosas y explicar el razonamiento utilizado para resolver un problema de cierta manera, en vez de únicamente dar la respuesta. También significa escuchar cuidadosamente para entender las diversas maneras en que otras personas razonan. Podemos ayudar a un niño a comunicarse matemáticamente al pedirle que explique lo que debe hacer para resolver un problema matemático o cómo llegó a la respuesta correcta. Podemos pedir que haga un dibujo o un diagrama para demostrar su método para encontrar su respuesta.

La capacidad para razonar matemáticamente significa poder pensar lógicamente, ser capaz de discernir las similitudes y diferencias en objetos o problemas, poder elegir opciones sobre la base de estas diferencias y razonar sobre las relaciones entre las cosas. Podemos fomentar la capacidad para razonar matemáticamente al hablar al niño con frecuencia sobre estos procesos mentales.

Algunas cosas importantes que un niño debe saber sobre las matemáticas

Los padres también pueden ayudar a su niño a aprender matemáticas al ofrecerle consejos sobre cómo abordar las matemáticas. Un niño desarrollará mayor seguridad en su capacidad matemática si comprende los siguientes puntos importantes:

1. Los problemas pueden ser resueltos en varias maneras.
 Aunque en la mayoría de los problemas matemáticos hay sólo una respuesta correcta, puede haber varias maneras de encontrarla. El aprender matemáticas es más que encontrar la respuesta correcta; también es un proceso para resolver problemas y aplicar lo que se ha aprendido anteriormente a nuevos problemas.

2. A veces las respuestas incorrectas también son útiles.
La precisión siempre es importante en las matemáticas. Sin embargo, a veces el padre/madre podrá usar una respuesta incorrecta para ayudar a su niño a resolver cómo cometió un error. Analizar las respuestas incorrectas puede ayudar a un niño a comprender los conceptos fundamentales del problema y ayudarle a aplicar sus destrezas de razonamiento para encontrar la respuesta correcta.
Hay que pedir al niño que explique cómo resolvió un problema matemático. Su explicación puede ayudar a descubrir si necesita ayuda con destrezas con las operaciones fundamentales, como sumar, restar, multiplicar o dividir, o con los conceptos necesarios para resolver el problema.

3. ¡Arriésgate!
Hay que ayudar al niño a tomar riesgos. Ayudarle a valorar el intento de resolver un problema, aunque sea difícil. Darle tiempo para explorar distintos métodos para resolver un problema difícil. Mientras trabaja, hay que ayudarle a hablar sobre lo que está pensando. Esto le ayudará a reforzar sus destrezas matemáticas y a poder razonar y resolver problemas independientemente.

4. Es importante poder hacer matemáticas "en tu cabeza."
Las matemáticas no se hacen sólo con papel y lápiz. Hacer problemas matemáticos "en tu cabeza" (cálculo mental) es una destreza valiosa que nos es útil al hacer cálculos rápidos de los precios en las tiendas, restaurantes y gasolineras. Hay que hacer saber al niño que al usar las matemáticas mentales, sus destrezas se fortalecerán.

5. A veces está bien usar una calculadora para resolver problemas matemáticos.
Está bien usar calculadoras para resolver problemas matemáticos—de vez en cuando. Se utilizan con mucha frecuencia y saberlas usar correctamente es muy importante. La idea es no permitir que el niño se excuse con la actitud, "No necesito saber matemáticas—tengo una calculadora." Se debe ayudar al niño a entender que para usar calculadoras correcta y eficientemente, necesitará fuertes fundamentos en operaciones matemáticas—de otra manera, ¿cómo sabrá si la respuesta que le da la calculadora es razonable?

 
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